Arte y palabra se dan la mano en la charla de Remedios Juanes sobre Francisco Carretero

La Sala Francisco Carretero del Ayuntamiento de Tomelloso acogió en la mañana del domingo una conferencia enmarcada en la programación municipal con motivo del Día Internacional de los Museos. El acto rindió homenaje a la figura del insigne pintor tomellosero Francisco Carretero Cepeda, quien, además de su relevante trayectoria artística, fue alcalde de la ciudad en cinco ocasiones entre 1918 y 1930.

La conferencia corrió a cargo de la profesora Remedios Juanes, ganadora del Premio Periodístico Juan Torres Grueso en la última edición del certamen Fiesta de las Letras, precisamente por su artículo dedicado a Carretero bajo el sugerente título “Don Francisco Carretero Cepeada: el Van Gogh de La Mancha”.

La ponente ofreció un brillante recorrido por la vida y la obra de este artista esencial para la historia cultural de Tomelloso. A lo largo de su intervención, se hizo evidente la profunda admiración y el respeto con los que Remedios Juanes habló del pintor. Su emoción fue palpable, y logró transmitirla al público, que llenó por completo el aforo de la sala y siguió la charla con gran interés.

El acto fue inaugurado por la concejala de Cultura, Inés Losa, quien dio la bienvenida a los asistentes, subrayó la relevancia de Carretero para la identidad cultural de la ciudad y presentó a la ponente. En su intervención, la concejala afirmó que esta conferencia no es un acto aislado, sino la antesala de un conjunto de acciones que el Ayuntamiento de Tomelloso llevará a cabo en los próximos meses para poner en valor la figura y el legado del pintor.

El Ayuntamiento agradece especialmente la colaboración de los descendientes del artista, en particular a su sobrina-nieta Paquita de la Cruz y a sus hijos Luis y Cristina, quienes cedieron para la ocasión uno de los cuadros de su colección particular. La obra presidió el acto, acompañando a la conferenciante y aportando un valor simbólico y emocional que fue muy apreciado por el público.

La Sala Carretero, que alberga la colección municipal dedicada al artista, se convirtió por unas horas en un verdadero templo de la memoria, donde la palabra, la imagen y la emoción se dieron cita para celebrar el legado de uno de los grandes nombres de la pintura manchega.